Dendroenergía es la energía producida con biomasa forestal, esa que proviene de los árboles. Una explicación simple, que deja por fuera muchos de las numerosas aristas que se deben estudiar para establecer un sistema de plantación, recolección, conversión y aprovechamiento.
Preparación del terreno, siembra de los árboles, control de las malezas, aprovechamiento de los árboles, rutas de transportes, centros de acopio y transformación... Todo eso antes de entrar a la planta en la que se producirían los biocombustibles o se generaría la electricidad.
Es esa misma cadena de integración de la dendroenergía, lo que se plantea a Costa Rica como una gran oportunidad para generar nuevas fuentes de trabajo, mejorar su independencia energética de los derivados de petróleo, cumplir la meta de ser un país carbono neutro y desarrollar una alternativa viable para luchar contra el cambio climático, entre otras tantas ventajas.
Estos son los hallazgos de años de investigación en la materia del Tecnológico de Costa Rica (TEC) [2], con apoyo del Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Conicit) [3] del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt). [4]
Gracias a numerosas investigaciones, incluidas 15 tesis de grado, los expertos concluyeron que el país tiene un gran número de ventajas para empezar a aprovechar la energía de los árboles.
“En Costa Rica existe un gran potencial, con sus climas tropicales, con su vasta experiencia en el tema forestal, en el mejoramiento genético de las especies, para posicionar la biomasa forestal como un sector de desarrollo que propicie la diversificación de la matriz energética (...).
“En el sector forestal tenemos una experiencia consolidada de décadas, donde, a partir de prueba y error, hemos aprendido cuáles son las especies que podemos manejar desde el punto de vista comercial, cuáles son los sitios que están disponibles. Dentro de ese contexto tenemos un abanico de posibilidades muy interesante“, explica el Dr. Dagoberto Arias, coordinador del grupo de investigación.
Los estudios se centraron en cinco ejes para analizar la viabilidad del desarrollo de un vector energético a partir de plantaciones forestales:
- Investigación en especies y densidades de siembra propicias para cultivos forestales destinados a la producción de energía.
- Sustentabilidad ambiental en cuanto a impacto de la plantación forestal, productividad y extracción de nutrientes, por cosecha.
- Factibilidad financiera de llevar a cabo proyectos de extracción y transformación de biomasa.
- Transferencia tecnológica para divulgar entre empresarios y la sociedad en general, las mejores experiencias.
- Estudio de las mejores tecnologías para la conversión de biomasa forestal a energía.
Entre las ventajas de la dendroenergía está su posibilidad para desarrollar todo tipo de biocombustibles, sean sólidos, gaseosos o líquidos, para la producción de calor, carburante para los motores o generación de electricidad, entre varios usos.
Así lo explicaron expertos nacionales e internacionales el pasado 19 de julio, en el seminario internacional “Oportunidades para la transformación de la biomasa forestal en energía”, que sirvió para la presentación al país de este nuevo vector energético.