Aguas cristalinas de ríos celestes, con una ocho cataratas de hasta 50 metros, rodean Bajos del Toro. Son torrentes cargados de riquezas que desde hace mucho sirven para alimentar de electricidad y agua potable a varios cantones de las regiones oeste y norte del país. Una riqueza que también alimenta bosques de exuberante naturaleza y que los habitantes de la zona quieren aprovechar para dar opciones reales de trabajo y desarrollo a los jóvenes.
Recientemente los habitantes de Bajos del Toro, cabecera del Toro Amarillo en el cantón de Valverde Vega, se dieron cuenta de que el turismo puede ser una fuente importante de trabajos y emprendimientos.
Pero no cualquier turismo; ellos quieren seguir respetando las bellezas naturales que alimentan la zona, enclavada entre los parques nacionales Poás y Juan Castro Blanco (conocido como Parque Nacional del Agua).Para lograrlo se han acompañado del Tecnológico de Costa Rica (TEC) [2], que desde su Sede Regional de San Carlos [3] desarrolla tres proyectos de Regionalización [4] con el apoyo de estudiantes y docentes de la carrera de Gestión del Turismo Rural Sostenible [5].