La generación eléctrica realizada en Costa Rica se ha basado en la utilización de energías renovables principalmente. Desde la generación hidroeléctrica hasta la eólica así como la geotermica, nuestro país se ha abocado a producir de manera que el uso de recursos fósiles sea cada vez menor.
Según datos del Centro Nacional de Control de Energía (CENCE) del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) [2], al 1 de julio del 2015, el sistema eléctrico nacional registró que un 98,55% de la electricidad generada por parte del ICE y otros participantes públicos y privados, proviene de fuentes renovables: agua, calor de la tierra, viento, biomasa y sol.
Solamente, 1,45% de la matriz eléctrica en estos meses corresponde a recursos fósiles. Durante el 2014, este porcentaje fue de 10,34% y el ICE proyectó una reducción para finales del 2015, lo que representaría un ahorro de ₡94.000 millones.
Pero ¿qué pasaría si se produjera en el país energía nuclear? Para muchos remembrar este concepto va paralelo a grandes catástrofes mundiales como la Chernóbil en Ucrania, la de Fukushima, Japón o hasta las bombas arrojadas en Hiroshima y Nagasaki.
La energía nuclear, también denominada energía atómica, es precisamente aquella energía que se libera espontánea o artificialmente a partir de las reacciones nucleares. Este es un proceso que combina y transforma las partículas sub-atómicas y núcleos atómicos.
Sin embargo, este término engloba otro significado, el aprovechamiento de dicha energía para otros fines, tales como la obtención de energía eléctrica, energía térmica y energía mecánica.
Precisamente para producir energía eléctrica a partir de la nuclear es necesario comprender que en primera instancia es requerido contar con combustible nuclear. Este tiene como elemento principal el uranio, un elemento que se encuentra en yacimientos naturales. Sin embargo, para que funcione como combustible, debe ser enriquecido mediante un proceso de separación de impurezas por medios químicos. Esto logra que tenga características nuevas en su estructura molecular.
Una vez enriquecida, las barras tienen la capacidad de crear la fisión, la cual precisamente divide el núcleo de un átomo. Esto genera usualmente una gran cantidad de calor que calienta el agua y crea así vapor para girar las turbinas del alternador encargado de producir la energía.