Desde Alemania, Laura Calvo enfoca su tesis de doctorado en mejorar la absorción y disponibilidad de compuestos beneficiosos a la salud presentes en el vino, la cerveza y el salvado de arroz.
Calvo ha determinado que estos alimentos tienen compuestos bioactivos con posibilidades para prevenir o mejorar los síntomas de diversas enfermedades y padecimientos, tales como:
- Cáncer.
- Diabetes.
- Problemas cardiovasculares.
- Desórdenes autoinmunes.
Así que en su investigación actual se ha enfocado en conseguir la forma ideal para ingerir esos compuestos y que se mantengan en el cuerpo el mayor tiempo posible, de forma que sus efectos positivos se prolonguen. Algunas de las técnicas para mejorar la absorción es encapsularlos en micelas o administrarlos junto a otras sustancias.
“Muchos de estos compuestos bioactivos son pobremente absorbidos en el tracto gastrointestinal o son ampliamente metabolizados por los enterocitos en el intestino delgado y los hepatocitos en el hígado. Debido a esto, sólo cantidades muy pequeñas del compuesto bioactivo original llegan a circular en la sangre”, explica la científica.
Calvo es graduada de Ingeniería en Biotecnología [2] del Tecnológico de Costa Rica (TEC) [3] y máster en Microbiología de la Universidad de Costa Rica (UCR). Actualmente es profesora de la Escuela de Biología e investigadora del Centro de Investigación en Biotecnología [4], ambos del TEC.
Realiza su tesis de doctorado en la Universidad de [5]Hohenheim, en Stuttgart; gracias a una beca facilitada con los fondos del Proyecto de Mejoramiento Institucional (PMI) [6], que cuenta con fondos del préstamo con el Banco Mundial para mejorar la calidad y el alcance de la educación superior pública en Costa Rica.
“El objetivo de estos estudios es mejorar la biodisponibilidad, el tiempo de retención en el cuerpo y, por ende, el potencial bioactivo de los compuestos de interés, en dosis tolerables. Esto significa que queremos desarrollar formulaciones a base del compuesto de interés que alcancen mayor concentración en la sangre y que se mantengan por mayor tiempo en la circulación, de forma que haya mayor oportunidad para que las sustancias puedan ser aprovechadas por el cuerpo y por lo tanto que exista un efecto beneficioso para la salud. Además, durante el estudio también evaluamos que las sustancias no tengan efectos secundarios a las dosis ingeridas”, agrega Calvo.