Desde inicios del 2016, el Tecnológico de Costa Rica (TEC) [2] se encuentra realizando con dos cooperativas un trabajo que consiste en la creación de productos a partir de su material de rechazo.
Se trata del proyecto “Fortalecimiento de las capacidades de dos cooperativas costarricenses en el aprovechamiento de sus cultivos mediante el desarrollo de productos agroindustriales”.
Las cooperativas Coopeproguata de Paquera y Frutalcoop (Zona de los Santos), con el apoyo de las Escuelas de Biología a cargo de las biólogas Elizabeth Arnáez e Ileana Moreira y de Agronegocios del TEC [3] donde participan las ingenieras Laura Brenes y Marianella Gamboa, producen alimentos y cosméticos utilizando los cultivos que no pasan el control de calidad y que antes se descartaban como manzana, ciruela y aguacate.
Dicha situación provocaba pérdidas económicas y desperdicio para las cooperativas, ya que en ocasiones los cultivos no son aprobados para su proceso solamente por imperfecciones en su forma, color o daños mínimos que no afectan el que puedan ser consumidos.
Específicamente, los productos que se han desarrollado son toppings de frutas, jabones líquidos y champús; todo tras investigaciones realizadas en los diferentes laboratorios del TEC.
Las másteres Ileana Moreira y Elizabeth Arnáez, de la Escuela de Biología de la Institución [4], son las investigadoras a cargo de este proyecto. Ellas, con el apoyo de estudiantes asistentes y el personal de las escuelas de Agronegocios y Biología, han ido más allá de la producción y también han realizado acciones como capacitaciones dirigidas a los empresarios y pobladores de las comunidades en las que trabajan las cooperativas antes mencionadas.
“Iniciamos con encuestas en los negocios locales, para ver qué posibles productos tenían potencial en el mercado”, explicó Árnaez. La experta también señaló que esos estudios mercadológicos serán parte del legado que el proyecto deje una vez finalice en los últimos meses de 2017.
Por su parte, Ileana Moreira enfatizó en la importancia de este trabajo como posibilidad de desarrollo para las comunidades. “Parte de la idea de todo esto, es que las cooperativas queden posicionadas en sus localidades y que le generen empleo a la gente de la zona”, concluyó la profesional.